Sexo informado

Los que trabajamos en terapia sexual podemos apreciar como la falta de información, educación y orientación sexual puede hacer estragos. Desafortunadamente en los planes de salud y educación no se tiene en cuenta la felicidad de las personas y desde un punto de vista económico, no se calibra cómo repercute el sufrimiento en la baja producción de sus ciudadanos, con bajas laborales y peregrinaciones en busca de la salud perdida.

Lo triste es que muchas veces ese sufrimiento se podría haber evitado con unos conocimientos adecuados sobre sexualidad. Que no se imparten en casi ningún colegio y que se intentan suplir recurriendo a material informativo no siempre adecuado. Cuantas tonterías y barbaridades hemos podido leer en algunas revistas, sobre todo en algunas dedicadas a gente muy joven. Planteamientos sin ninguna base que alientan y perpetúan falsas creencias y que pueden repercutir de forma muy negativa en la vida sexual.

Por otro lado, hay obras estupendas, que aclaran conceptos y ayudan ampliando conocimientos. Las lecturas compartidas son un buen ejercicio, de esta forma se fomenta la intimidad sexual ampliando el universo de referencias sexuales. Entender que el sexo siempre tiene que ser elegido, que tenemos derecho a que alguna práctica no nos agrade, que cada cual tiene su ritmo y frecuencia, son bases de un vida sexual satisfactoria y placentera. Además, para ampliar los conocimientos pueden resultarnos de ayuda las siguientes pautas:

• Documentarse con lecturas científicas, rigurosas y amenas sobre la sexualidad humana. En España disponemos de buen material desde hace años, no obstante, es importante hojear los volúmenes que pueden despertar el interés y comprobar si coinciden con los planteamientos propios.
• Intercambiar opiniones con nuestra pareja, familiares y amigos sobre los descubrimientos que hagamos en estas lecturas, atreviéndonos a compartir nuestra realidad, trascendiendo el chiste fácil, única alusión socialmente utilizada para hablar de sexo. Es muy deseable que fuéramos capaces de ir promoviendo un discurso normalizado sobre la sexualidad en nuestro entorno.

¿Cómo fue tu educación sexual? ¿Qué lecturas recomendarías? ¿Has recibido alguna información inadecuada? ¿Sueles intercambiar información sexual con tu pareja? ¿Qué información te sorprendió más? ¿Qué información te ha sido de más utilidad? ¿Que recomendarías a los jóvenes para no caer en errores que afecten a su vida sexual?