Rutas al placer

Ilustración: Ricardo Fumanal.

El mes de septiembre para muchas personas marca el regreso de las vacaciones, la vuelta al trabajo. En este mes el día se va acortando, tenemos menos horas de luz y el espíritu colorista y festivo de los cuerpos al sol da paso al fresquito y al recogimiento. Los motores de la plena producción se ponen en marcha y tenemos que generar energía suficiente para desempeñar las actividades cotidianas.

¡Que no cunda el pánico! siempre nos queda el sexo para afrontar el cambio de estación. Una actitud positiva puede ayudarnos a encontrar el lado más agradable del presente y el sexo puede ser buen aliciente. Como antídoto para el regreso de las vacaciones sugerimos mimarnos y recrearnos en explorar algunas posibles rutas del placer.

Todas las personas contamos con zonas erógenas y puntos que son más susceptibles a la excitación y al placer. Cada individuo es singular y muchas veces las posibilidades no están del todo exploradas. Como ejercicio preliminar podemos intentar evocar en nuestra mente cuáles son los puntos de nuestro cuerpo que, al ser tocados, nos producen una gran excitación y unos deseos casi irrefrenables de tener sexo.

Para muchas personas una zona erógena privilegiada es la boca. Los labios cuentan con infinidad de terminaciones nerviosas que consiguen producir excitación y placer al ser estimuladas. Es así que una buena sesión de besos consiga despertar hasta aquella persona que semeja a un volcán apagado. Sin embargo, los labios son sólo el comienzo de lo que puede ser todo un viaje de placer. Nuca y espalda pueden estimular un interesante cosquilleo erótico en algunas mujeres. Las preferencias pueden ser múltiples y variadas, los receptores están listos para ser estimulados.

¡Qué mejor manera de combatir el síndrome post vacacional qué una inyección de buen sexo! Aprovechar para explorar el mapa sensual y erógeno, propio y de la pareja, es una medida. Y las personas que no tienen pareja también pueden ampliar horizontes y descubrir sensaciones nuevas.

¿Puedes citar cinco puntos en tu cuerpo que consiguen excitarte y aumentar tu deseo sexual? ¿Hay alguno en concreto que, al ser estimulado, te haga sucumbir y te motive al sexo?